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Parada y fonda
Salgo de Oviedo un poco tarde, así que vamos a tomárnoslo con tranquilidad. Subo dirección al puerto San Isidro y en Collanzo me desvío hacia la derecha para ir dirección al puerto principal de hoy, pero antes hago mi primera parada para tomarlo algo fresco y pedir un pequeño aperitivo para el camino.
Foces del Río Aller
Sigo mi camino y cruzo por la foces del Río Aller, son cortitas, pero las vistas son muy chulas, hay cascada por todos lados. Los neveros están dejando escapar todo el agua acumulada y eso se ve reflejado en las colinas con sus cascadas interminables.
Un poco más arriba ya llego al final de la carretera asfaltada en el pueblo de Ruayer. Comienza la aventura…
Toca pisar lo marrón
El camino se va estrechando según paso por medio del pueblo y al final llego a donde empieza la pista. No parece muy complicado y salvando un poco algunos huecos que va dejando las riadas del agua, es bastante sencillo.
Al fondo se puede ver ya las cimas nevadas aún. Continúo y me encuentro con algunos pedazos algo más suelto y con alguna piedra, pero nada fuera de mi alcance. Voy despacio y disfrutando de la experiencia.
No todo es jauja
Ya un poco más arriba me toca cambiar de vertiente y me encuentro con alguna curva cerrada que hay que dar poco a poco, la falta de práctica, pero he de reconocer que al estar esta parte, que además es bastante pendiente, asfaltada en hormigón, se hace más sencillo que si estuviera con piedras sueltas. Sigo avanzando y voy parando para hacer fotos, pues las vistas lo merecen.
Se empieza a despejar la arboleda y poco a poco, va quedando el bosque bajo típico de los puertos altos. Vuelvo a encontrarme cambiando de ladera y veo varias cabañas y hasta una pequeña capilla, agua encauzada bajando por todos lados, me refresco y sigo mi camino, es una pasada las vistas.
Coronando
Ya no hay más construcciones y poco a poco voy llegando a las zonas donde la nieve resiste. Al final llego al puerto de Vegarada y me vuelvo a encontrar con el asfalto. Ha sido una experiencia para repetir, muy pronto.
Estación de San Isidro - Villamanín
Ya que estoy aquí me acerco hasta la estación de esquí de San Isidro, por la otra cara del puerto, para ver la nieve más de cerca.
Los paisajes nevados y el deshielo son unas estampas brutales. Seguimos el viaje y comienzo mi descenso por carreteras leonesas girando en dirección a Valdeteja.
Esta carretera me lleva hasta Cármenes y la subida a su collada que en la bajada me acerca a Villamanín. Aquí me hago una parada a la sombra, para probar el bocata que me había agenciado y que ya empezaba a pedir guerra.
Embalse de Casares - Piedrafita de Babia - Somiedo
Tras el almuerzo de ruta, cruzo la N-630 dirección Rodiezmo de la Tercia, para luego bordear por el lado norte el Embalse de Casares, cruzando Casares de Arbás y Cubillas de Arbás. Subo hasta el mirador del Valle de Arbás para cruzar por su túnel al lado sur de la montaña y que me lleva hasta Aralla de Luna.
Continúo bajando hasta llegar al Embalse de Luna, el cual cruzo por su lado norte para de seguido pasar por debajo del famoso puente colgante del ingeniero Carlos Fernández Casado, por donde discurre la AP66 que vas hacia Asturias.
Esta carretera es bastante revirada, pero disfrutas de un perfil bastante bueno, así que nos divertimos hasta llegar a Piedrafita de Babia. Aquí hago la parada del café pues el sol aprieta y siempre se agradece uno de éstos con hielo, mientras descanso otro poco.
Desde aquí comienzo el ascenso al puerto de Somiedo dirección la «Patria Querida», gozando de sus curvas y sus vistas. Poco más que contar queda, el resto de carretera nos lleva por Belmonte, cerca Cornellana y Grado, para finalizar en Oviedo.

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