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En pleno camino de Santiago ...

Nos encontramos con este Restaurante que ahora también es albergue de peregrinos. Tiene gran tradición de comida casera pues ya venía hace mucho tiempo el Generalísimo a comer sus potajes de berzas.

El local

Local modernizado y muy amplio, con varios comedores además del bar. Cuenta con una zona delante del mismo para poder aparcar y está bastante cuidado. También tienen juegos para niños.

El personal

Poco tenemos que comentar, gente sencilla y amable. El día que estuvimos no había mucha gente, así que preguntamos para comer y nos pasaron al comedor de seguido. Una vez acomodados, nos trataron muy bien.

La comida

Todo un ejemplo de auténtica comida casera. El menú del día tenía varios primeros y varios segundos. Nosotros nos decantamos por sopa de cocido y potaje de berzas, como no podía ser de otra manera. Y de segundo le dimos a la carne guisada y al picadillo con huevos y patatas. Ya de postre, escogimos el requesón, arroz con leche y tarta de chocolate, todos ellos caseros y muy ricos. Vino, casera, agua y cafés salió todo a 18€ menú.

Calidad de los platos 77%
Precio (€) 65%

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