Además su chica Raquel «RequeTurismo», le realizó el impagable trabajo de buscar los hoteles y hacer las reservas… con un acierto clínico en todos y cada uno de ellos. Yo me encargué principalmente de gestionar el alquiler de las motos.
En este viaje también nos acompaño otro colega, Pablo que nos hizo de traductor y negociador con las gentes de estas tierra.
Contenido
Vuelos y reuniones
Esta primera parte de la aventura, unos nos desplazábamos desde Asturias hasta Málaga, donde nos reuniríamos con Andrés para luego volar juntos hacia Marrakech.
Ya en el primer transbordo, vamos algo justos así que esperamos que los vuelos no tengan retrasos y no llevarnos sorpresas.
Al fin todo bien y tras reunirnos con Andrés y las presentaciones pertinentes, aún tuvimos tiempo para que nos explicara sobre un mapa de papel de toda la vida, el plan que nos tenía preparado para este viaje.
Nos subimos al avión y ahora sí comienza la aventura. Sí y digo aventura, porque antes incluso de tener las motos ya íbamos a tener retos que superar.
Tarjeta móvil y táxi
Antes de salir del Aeropuerto vamos a gestionar unas tarjetas de telefonía para poder tener cobertura y estar conectados con el resto del mundo. Elegimos MarrocTelecom, que por 20€ nos daban 20Gb. He de decir que hablando con la familia, haciendo de GPS y de traductor en algunas ocasiones, de los tres el que más ha gastado datos ha sido unos 3-4 Gb y el que menos no llegó a 2 Gb, así que para unos días está de sobra.
Luego salimos del aeropuerto, muy chulo y nuevo por cierto y vamos siguiendo a la gente para buscar un taxi que nos lleve a la tienda de alquiler. Este aspecto me pareció interesante, pues en este país hay que negociar TODO, y aquí había una caseta donde el parking del aeropuerto donde una amable chica en nuestro idioma nos preguntó nuestro destino y nos hizo un tiket por la costa del desplazamiento y que tendríamos que pagarle nosotros al taxista elegido. Luego otro tipo que estaba fuera dependiendo de las valijas que llevase la gente te asignaba uno u otro taxi.
Empresa de alquiler
Al fin llegamos al sitio en cuestión donde yo había gestionado el alquiler de motos. Aunque realmente lo había reservado con otra empresa que a su vez subcontrataba con empresas locales.
Al llegar hablamos con el que parecía el encargado y tras charlar un rato, nos enteramos que las motos que teníamos reservadas, no estaban así, que habría que solucionar nuestro primer reto, que le dejásemos un ratito a ver si podía contactar con otra tienda o ver el estado de esas motos para hacer los contratos.
Son las 16:00 horas más o menos y nosotros decidimos irnos a comer algo mientras este tipo hace las gestiones, y así tranquilizarnos.
A la vuelta negociamos las motos que nos vamos a llevar el día siguiente y aun no siendo las que teníamos reservadas, conseguimos algo que al final no nos salen tan malas. Eso sí tenemos que recogerlas al día siguiente a las 8:30 de la mañana.
Por fin firmamos los contratos y pagamos la reserva para ya de una vez irnos a nuestro hotel de hoy. El taxi nos deja cerca de la plaza principal Jemaa el-Fna donde ahora tendremos que callejear hasta llegar a nuestro hotel.
El hotel - Dar d'Art
Como iba diciendo tras un buen rato de caminata entre las laberínticas calles de la medina, llegamos a una puerta que ni por asomo nos creímos que podía haber detrás.
Picamos y nos abrió un tipo muy alto que de español ni pa-pa, pero que nada más entrar vimos un espacio con todo tipo de detalles. Antes de nada nos presentamos y nos acomodó en una zona de asientos para tomarnos un té y comentar cómo había sido el viaje, etc.
Luego nos indicó nuestra habitación y las normas, así como a qué hora queríamos el desayuno.
Paseo y primeras compras
Tras acomodarnos en la habitación, nos cambiamos y nos preparamos para nuestro primer paseo por la medina a conocer todo aquello de noche.
Picar algo y ver si hacemos algunas compras. Tampoco queríamos llegar muy tarde pues al día siguiente tendríamos que preparar todo, acercarnos de nuevo a la tienda de motos para comenzar la marcha.