Se trata de la famosa Nacional 2, que discurre de Norte a Sur por el centro de Portugal. Se trata de un viaje cruzando pueblos y sierras, evitando en la medida de lo posible las autopistas o vías rápidas.
La ruta empieza en el Km 0 de esta carretera, que se encuentra en Chaves y termina en el Km 739 en Faro en pleno Algarve. Hemos dividido el viaje en 5 días, teniendo en cuenta que el primero ha sido de acercamiento. Dos de los días dormiremos en pueblos de la propia ruta, pero los días del medio nos salimos un poco para conocer pueblos más pintorescos del centro de Portugal.
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Granada - Sierra de Huelva
Nos vamos a la cama tras picar algo y conocer el nuevo rider que en esta ocasión nos va a acompañar en la aventura. Alí que viene de Alcalá de Henares y aunque anda un poco averiado, no le falta ilusión en esta experiencia.
Se prevee que el día de mañana será caluroso, por lo que nos ponemos de alarma para quedar a las 6:30 de la mañana y adelantar el máximo posible de ruta antes de que empiece a apretar el calor.
Tras vestirnos de romanos, salimos al encuentro de Alí y una vez juntos, comenzamos a rodar dirección Alcalá la Real, donde haremos la primera parada y nos tomaremos un desayunos perfecto. Primeras impresiones de ruta y de nuevo a la carretera. El tiempo aún está bastante agradable, pero ya comienzan a subir las temperaturas.
Seguimos tragando kilómetros y pasamos por varias provincias, Córdoba, Sevilla y al fin llegamos a Huelva, aquí volveremos a hacer una parada en plena sierra, en el pueblo de Higuera de la Sierra. Aquí nos hidrataremos y haremos acopio de buenas viandas ibéricas para nuestro viaje.
Aracena - San Juan del Puerto
De nuevo en la carretera, llegamos a Aracena y tomamos la carretera que no llevará hacia la costa. Una vía rápida y divertida, pero con algo de tráfico, hay que ir con cuidado. Pasamos por las minas de Riotinto y hacemos una parada para ver la excavación que hay montada, y el tamaño de las máquinas que trabajan en ella. Es una locura, cómo está la tierra de rojiza debido al material de cobre que extraen.
Continuamos y ya el tiempo se empieza a poner calentito, rondamos los 30º 33º mas menos y el calor empieza a hacer mella en estos viajeros. Hay que parar para hidratarse cada poco. Al fin llegamos a la autopista que no introducirá en Portugal, pero como Andrés anda un poco bajo de energía, y hay un atasco tremendo, decidimos para en el primer pueblo que encontramos para picar algo. Bajo un puente, elegimos nuestro rincón y le doy un buen trago al agua fresquita que llevamos en las maletas. Restaurante de Pura Cepa, todo un acierto, en el trato, precio y entorno.
Entrando en Portugal
Después de tomar un café fresquito, volvemos a subirnos a la moto y damos un pequeño acelerón para llegar a destino, ya van muchos kilómetros y si a esto le sumas las temperaturas, hay ganas de llegar a destino de hoy.
Así que hacemos un pequeño tramo de autopista hasta entrar en Portugal. Aquí a la entrada, vemos un antiguo puesto fronterizo, donde informan a los viajeros cómo tienen que hacer si van a utilizar las autovías de pago.
No va a ser nuestro caso, pero no obstante me acerco a preguntar cuando tenemos que salirnos para evitar el pago. Tras las instrucciones, seguimos hasta la segunda salida, donde tomamos la carretera que va al lado del mar. Está bastante más llena de tráfico, así como numerosos pueblos que nos obliga a bajar la media de velocidad de este primer día.
Faro
Al fin llegamos a nuestro destino de hoy, Faro, aunque aún ibamos a tener que pelear un ratito para meter las motos en el garaje, pues la calle era bastante estrecha, pero resulta que pasaban por allí todos los autobuses de línea y regulares que había en la ciudad.
Al fin llegamos a la habitación y pudimos darnos una ducha. Luego salimos a dar un paseo y disfrutar de la fabulosa tarde que ha quedado. Aquí la temperatura es más agradable debido al océano. Damos un paseo y buscamos donde cenar, encontramos un rincón fuera de lo turístico, donde nos trataron de lujo y cenamos de maravilla, buen pescado. Cantinho da Ronha.
Un paseo con helado incluído y pronto para la cama que mañana, aún siendo la ruta más corta, tenemos que hacer paradas para ir sellando el «Pasaporte».